los ingredientes para el crecimiento de la iglesia, como mutilizarlos correctamente.
Valores. Introducción:
Dos personas, llegan a la vejez. Cada una había elegido sus valores.
“Un hombre distante… Toda su vida buscando nuevas maneras de hacer dinero. El está en sus últimos años y vive muy cómodamente, (pero) constantemente hablando del dinero que había hecho…
El eligió cuales eran sus valores y los fue cultivando día tras día de muchas maneras diferentes; sus valores definieron sus decisiones y finalmente él se volvió una persona de acuerdo a los valores que había elegido.
Su pasión lo convirtió en un ser codicioso, cuando él eligió sus valores eligió que clase de persona sería, aprenda los ingredientes para el crecimiento de la iglesia
Cuando su tiempo se empezó a terminar él era codicia pura, aun sin moverse de su cama en el hospital el seguía queriendo más para él mismo”.
“Una abuela… él último recuerdo de ella fue verla sentada en la mesa y le pedimos que orara; ella tomó las manos de los que estaban a su lado, una sonrisa ancha, la mirada al cielo, ojos con lágrimas, la barbilla le temblaba, ella había elegido que sus valores serían amar a Jesús y amar a las personas.
“Ella no recordaba los nombres de las personas, pero se acercaba a ellas y les daba una palmada en la espalda. Cuando su tiempo se empezó a terminar ella era amor puro, amor a Dios y a las personas.
Cuando un pastor que recorría el hospital se acercó a su cama y le dijo “yo voy a orar por usted” ella le contestó, “No, yo voy a orar por usted”. Aun sin moverse de su cama ella seguía amando a Dios y a las personas.”
Cada una de estas personas se había vuelto lo que ellos valoraban, conozca los ingredientes para el crecimiento de la iglesia
Todos tenemos valores. Jesús lo dijo en Mateo 6.21: “Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
En otras palabras, donde este lo que usted valora, allí se va a concentrar su vida. De una manera u otra lo que valoramos va ganando terreno en nuestras acciones llevándonos a darle nuestro tiempo, nuestra entrega, nuestro esfuerzo, nuestras habilidades y nuestro dinero.
¿Cuales son nuestros valores? Algunos de nuestros valores son: la familia, los amigos, el fútbol, el trabajo, la iglesia, los entretenimientos, etc
Estos, de manera conciente o no, se van imponiendo en nuestro horario semanal.
Cuando una persona define sus valores, define sus acciones, define su pasión y define su forma de vida.
Lo mismo ocurre con una iglesia. Los valores que elegimos determinan lo que vamos a HACER y en definitiva lo que vamos a SER como iglesia.
¿Qué son los valores?
Los valores son las prioridades interiores que se expresan en nuestras acciones.
¿Cómo descubrir nuestros valores? Para saberlo no pregunte a otra persona ¿Cuáles son tus valores?
Mas bien pregúntele ¿Qué hiciste durante la última semana?, ¿En qué usaste tu tiempo, tu energía y tu dinero en la semana pasada?
Todos nosotros dedicamos nuestro tiempo, nuestra energía y nuestro dinero a aquellas cosas que valoramos. Las iglesias también.
Aquí aparece un hecho importante y simple:
Los valores que creemos, no son a menudo los valores que practicamos, tendremos que aprender cuales son los ingredientes para el crecimiento de la iglesia
Pregunte a su congregación ¿Cuántos de ustedes creen en hacer EVANGELISMO ? Cuente las manos alzadas.
Luego pregúnteles ¿Quiénes compartieron el evangelio con otra persona durante ésta semana? Vuelva a contar las manos alzadas. Descubrirá una de las razones por las cuales nuestras iglesias no crecen.
Por la enorme confusión que los cristianos tenemos al considerar que estamos viviendo y practicando los valores que solo creemos intelectualmente y a los cuales asentimos emocionalmente.
Otra prueba que no dará tanto resultado como la anterior es la siguiente:
Pregunte a su congregación ¿Cuántos de ustedes creen en hacer DISCIPULADO ? Cuente las manos alzadas.
Otra vez pregunte a su congregación ¿Quienes discipularon a otra persona en el curso de ésta semana?
Vuelva a contar las manos levantadas. ¡Se llevará una gran sorpresa!
Este ejercicio muestra la enorme distancia que generalmente existe entre CREER Y PRACTICAR y tengamos en cuenta que estamos solamente hablando de los valores básicos de nuestra fe como lo son ,