curso para ser pastor

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Definiciones sobre Misión Global:

Hay algunas ideas que pueden ayudarnos a intentar trabajar de acuerdo a la misión que Jesús nos encomendó.

La Misión fue realizada: La iglesia primitiva (ver el libro de Hechos) concretó en su tiempo la misión.

En ocasiones trabajó intencionalmente (Hechos 3); en otras Dios la tuvo mover (Hechos 8).

Todos sabemos que los resultados fueron asombrosos. Su ejemplo debería guiarnos a por lo menos intentarlo.

La Misión es posible: Muchas iglesias (pequeñas y grandes) están demostrando en el presente que Dios ha dado a la iglesia el potencial necesario para realizar esta misión. vea curso para ser pastor

Dios está levantando iglesias que sirven de ejemplo; crecen localmente, plantan iglesias, sostienen y envían misioneros “hasta lo último de la Tierra”.

La iglesia sostiene todo tipo de misiones (recitales, asados, viajes, campamentos, retiros) pero se declara impotente justo para la misión que Jesús le ordenó.

Pararse en el extremo que afirma “no podemos alcanzar”para justificar nuestras posiciones puede ser hipocresía o falta de seriedad.

El equilibrio consiste en incluir, en la medida de nuestra realidad, aquellos aspectos de la misión que Jesús nos encargó (Obra local, plantar Iglesias y Enviar misioneros).

Cuando estos aspectos (en obediencia a Jesús) están incluidos, más allá del grado de aporte que hagamos, comenzaremos a descubrir que Hechos 1.8, es posible y real hoy en nuestras iglesias.

La Misión es simultánea: La iglesia de Jesucristo fue diseñada por Jesús mismo para trabajar simultáneamente en su lugar local, los barrios de alrededor, barrios más alejados y “hasta lo último de la tierra”. se aprende en curso para ser pastor

Dos argumentos simples demuestran que Hechos 1.8 es una tarea que la iglesia está capacitada para desarrollar su ministerio simultáneamente:

1) La primera iglesia lo hizo.

2) Muchas iglesias lo practican.

Siempre es posible estar “haciendo algo” simultáneamente como iglesia en las diferentes zonas que Jesús definió.

a) El crecimiento de la iglesia local.

b) Plantar nuevas iglesias.

c) Enviar misioneros hasta lo último de la tierra.

La visión que él nos dejó define claramente nuestro futuro como iglesia en varios aspectos:

En nuestro barrio: Nuestro testimonio (ser testigos) debe ser claro y creciente en nuestro lugar.  (nuestra Jerusalén).

Las células fuera del edificio (hogares) son la herramienta adecuada para relacionarnos con cada vecino y a través del evangelismo personal alcanzarlos para Cristo.

Los medios que utilizaremos para conservar los resultados son:

El discipulado personal y el cuidado de “unos a otros” en grupos pequeños.curso para ser pastor

Resultado: Crecimiento local a través de las células.

En los barrios a nuestro alrededor: Nuestro testimonio naturalmente irá alcanzando personas fuera de los límites de nuestra zona, en barrios donde no hay una iglesia cristiana. El hecho de dar testimonio (ser testigos) continuamente nos llevará (a veces intencionalmente otras veces no) a ponernos en contacto con personas que viven lejos de nuestra iglesia. Este proceder está dentro del plan natural que Jesús ideó para extender su obra.

Tal vez lo que nos falta es reconocer que éste es un medio por el cual Dios permite que su obra penetre en otros sectores, debemos asumir nuestra responsabilidad por conservar esos resultados e invertir líderes de célula que se muevan a iniciar células en esos nuevos lugares hasta formar grupos base de 20 o 30 adultos y plantar iglesias locales.

A esto le llamamos plantar iglesias de manera natural a través del crecimiento de las células.

Estaremos en este punto logrando lo que Jesús esperaba de nosotros cuando dijo “En Judea y Samaria”.

Resultado: Plantación natural de iglesias a través de las células.

Hasta lo último de la tierra: Muchas iglesias se están sumando día a día al mandato de Jesús de “Ir hasta lo último de la tierra”. No sólo es posible sino que es el camino que cada iglesia puede seguir para hacer su aporte obediente a la misión en esta etapa.

Para alcanzar ésta etapa se necesita visión, obediencia y determinación.

Cada pastor o líder es responsable de no recortar la misión que Jesús dejó para su iglesia.

El argumento de que ésta etapa es nuestra responsabilidad recién cuando hayamos completado las anteriores es un engaño de Satanás para mantener al mayor porcentaje de iglesias de nuestro país con la mirada puesta en su propio ombligo.

Cualquier iglesia que se desafíe a si misma a obedecer a Jesús y hacer realidad esta tercera etapa descubrirá que Dios es fiel a aquellos que son fieles a la Misión Global que Jesucristo estableció.

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